Elegancia que llega en silencio: este ciervo parado en tono dorado es la pieza perfecta para tu consola, centro de mesa o entrada. Con sus 42 cm de presencia noble, irradia calidez y sofisticación sin competir con el resto de tu decoración. Su postura erguida simboliza esperanza y vigilancia, como si estuviera esperando la llegada de algo sagrado. Ideal para quienes aman los detalles que cuentan historias. Hecho en poliresina resistente, no teme al paso del tiempo ni a las corrientes de aire. Colócalo entre velas LED, bolas doradas o ramas de eucalipto y verás cómo transforma cualquier rincón en un santuario navideño.