Puro como la nieve, sereno como la Nochebuena: este ciervo blanco parado es el alma de la decoración nórdica y minimalista. Perfecto sobre una consola, junto a un centro de mesa de luces cálidas o como figura central en tu vitrina. Su blanco inmaculado evoca tranquilidad, pureza y el silencio del bosque nevado. Es más que un adorno: es un llamado a la calma en medio de la fiesta. Fabricado en poliresina de alta calidad, es ligero pero estable, fácil de limpiar y listo para brillar temporada tras temporada. Ideal para quienes buscan emoción sin estridencias.