La paz tiene forma de ciervo: delicado, elegante y profundamente emotivo, este ciervo recostado en dorado es ideal para centros de mesa pequeños, estanterías o como detalle íntimo junto a tu pesebre. Sus 29 cm lo hacen perfecto para espacios donde la sutileza habla más fuerte que el tamaño. La postura relajada transmite descanso, devoción y armonía familiar. Combínalo con bayas rojas, follaje dorado o una vela parpadeante y crea un momento de belleza suspendida. Resistente, realista y diseñado para durar, es un tesoro decorativo que se convierte en tradición